jueves, agosto 24, 2006

Una modesta proposición:

Para prevenir que los aldeanos analfabetos¹ de Galicia sean una
carga para sus padres o el país, y para hacerlos útiles al público.


Permitan que cite a Jonathan Swift y a su memorable proposición para abordar un tema que no he osado tocar hasta informarme. Quizá gracias a estas líneas se entere la señora Narbona de cómo perecieron entre llamas algunos de esos "analfabetos". ¿Cómo puede ser el "buenrollismo" el culpable de sus muertes? Puede. Esta es la izquierda que nos ha tocado vivir.



Nada mejor que comenzar con cifras. El Faro de Vigo publicaba el 3 de Septiembre del año 2005 el balance de incendios del verano de aquel año:

Conatos de incendio: 7530
Incendios: ··················1709
Quemas: ······················889
-----------------------------------
Total: ·······················10228


Entendemos como quema a los incendios provocados "legalmente", bajo control y supervisión. Los datos de ese verano, año 2005, nos hablan de entre 60000 y 70000 hectáreas calcinadas. No tendremos la ventura de conocer los datos reales de este año puesto que, como sabemos, los arbustos se apretujan o separan como se les antoja tal que en las manifestaciones. La Xunta nos habla de 85000 hectáreas mientras que la NASA de 175000. Nos quedaremos en un término medio, el que se maneja en distintas organizaciones medioambientales, y que cifra en 135000 las hectáreas consumidas por el fuego². El número de incendios catalogados como tales este verano fue de 135. ¿Cómo es posible que 1709 incendios correspondan a 70000 hectáreas un verano y sólo 135 den lugar a 85000? ¿Todavía no ha dimitido nadie? Sigamos.

A estas alturas de la película todo el mundo es consciente de que "se ha quemado todo Galicia por la acción de unos pocos desalmados". Creo que en esa frase se concentra, con una densidad cercana a la del magma, toda la bajeza propia de los políticos. ¿Qué "toda Galicia"? Si el año pasado se quemó "más de la mitad" ahora no quedaría una entera ¿no? ¿Y como es eso de "por la acción de unos desalmados"? No nos cebaremos con "los comandos de Rubalcaba" ni con concejales socialistas. Sigamos, entonces, conscientes de que todavía queda algo de Galicia.

Centrémonos en la descoordinación y la ominosa gestión del Ministerio de Medioambiente y la propia Xunta de Galicia. Es justo recalcar que, en cierto modo, parte del desastre corresponde a defectos en nuestro Sistema y son achacables a cualquier partido político. Desde el momento en que un partido releva a otro en el gobierno (de cualquier ámbito), realiza una purga en la que pagan justos (¿lo fueron cuando entraron?) por pecadores. Si el gobierno anterior llevaba algo de tiempo, el desastre está asegurado. La experiencia acumulada se esfuma y empiezan a ocupar sillones las nuevas promesas, hijos de, o simplemente gente de carnet.

La primera en la frente. Como cualquier hijo de vecino adivinará, alguien vigila el bosque mientras nos tiramos a la bartola en la playa. Esa red de vigilancia tiene una importancia vital en los meses de verano. Cuentan con sistemas de detección y metodologías propias adquiridas con el paso de los años. El hecho de que 7530 conatos de incendio en el 2005 no se tradujeran en otros tantos incendios se debe en buena parte a la tarea de estos profesionales. Creo que no hace falta resaltar el catastrófico hacer de la Xunta a este respecto. Mucho hemos oído estos días de los profesionales purgados por no hablar gallego o por la militancia equivocada pero, insisto, ha sido sólo un aspecto del bochornoso asunto.

La ministra Narbona actuó de la única manera que sabía: concentrando a todos los retenes del territorio nacional en Galicia y dejando a los servicios mínimos vigilando en sus respectivas autonomías. El problema apareció cuando esos especialistas llegaron a pie de incendio. Tourino, o quizá fue el PSG, aunque también pudo ser el BNG, sin descartar al iluminado ZP, quien fuera, decidió que se iba a apagar el fuego mediante un movimiento ciudadano. Allí empezó su responsabilidad, y desde ese momento hay que exigir dimisiones y comenzar con acciones legales pertinentes.

El caso es que cuando llegaron los convoys de distintos lugares se encontraron con lo que menos esperaban. Touriño había movilizado a los ciudadanos. Los SMS volvieron a funcionar y un telefonazo oportuno sacó de la abulia a muchos militantes de Nunca Máis, que calentaban asiento en alguna de las sedes pagadas con dinero público. Los favores se pagan, debió decir una voz al teléfono. La cadena de favores nunca acabará, debieron pensar los de Nunca Máis, y se alistaron como voluntarios forzosos. La incredulidad de los retenes desplazados no tenía parangón. Habían sido desplazados cientos o miles de kilómetros para llegar a un circo donde se pretendía apagar fuegos (nada metafóricos) con "política amateur". Se llegó al límite de lo concebible cuando los "voluntarios" de Nunca Máis se opusieron a la entrada de los especialistas, que tuvieron que quedarse de brazos cruzados mientras se resolvía la cuestión: los de Nunca Máis se dedicaban a estorbar y boicotear la participación de agentes externos: era SU fuego.

¡¡Bravo Touriño, Narbona, ZP!! Lo nunca visto en política: nuestro fuego lo apagamos nosotros; el fuego de Galicia lo apagan los ciudadanos de a pie. Los testimonios de los desplazados son escalofriantes: descoordinación absoluta, gente de buen corazón acarreando cubos sin sentido, Oye, pero si nosotros también somos del PSOE, se oía a los de los retenes.

Para colmo de males, las condiciones atmosféricas desde el principio de Agosto han sido inusuales. Es ya tradicional que el viento sople hacia el interior en Galicia por esas fechas; es tradicional, del mismo modo, afrontar los incendios desde su cara oeste. La escasa preparación de los voluntarios y la nula planificación provocó que, siguiendo las consignas de manual, se embocaran los incendios desde el punto mas peligroso. Las muertes eran inevitables. Los propios "aldeanos" de Narbona, actuando con un arrojo increíble, seguían las consignas para utilizar contrafuegos, pero eran consignas equivocadas y que los llevaban a situaciones límite. En la foto de arriba se observa la dirección del humo, perfectamente visible, hacia el oeste.

En resumen, Touriño y Nunca Máis han llevado a la muerte a concienciadas personas inocentes mientras inventaban una nueva forma de "buenrollismo" político de la izquierda. Lo pagarán, vaya si lo pagarán.

¹: ¿Es que nadie se indigna por esa desidia y afán de desprecio de la ministra?

²: Aunque no tenga mayor importancia, cabe señalar que la concentración de plantaciones de eucalipto en Galicia favorece los incendios de sotobosque, imperceptibles desde el satélite. A diferencia de un incendio de copa, los eucaliptos pueden tolerar la combustión del sotobosque y soportar temperaturas relativamente elevadas. Es decir, es posible que, dada la persistencia de los incendios, la superficie quemada sea aún mayor que la avistada mediante el satélite.