viernes, febrero 01, 2008

2008

La primera entrada del 2008 era más folio en blanco que nunca. Supongo que debo contar que el 2007 acabó trágicamente, que las desgracias personales de fin de año me alejaron del blog (más si cabe) y que hay que hacer balance del 2007.

Nunca he hecho balance anual. Supongo que porque nunca he tenido el menor respeto por evaluaciones tan arbitrarias y peregrinas como las basadas en los ciclos de la tierra respecto al sol. Debo decir, sin embargo, que el 2007 figurará en el apunte que asegura que me casé ese año, justo por encima del que dice que Eduardo, nacido en Marzo del 2008, es mi hijo.

No voy a proclamar deseos universales que no siento ni propósitos para el nuevo año porque, salvo los terapéuticamente prescritos, suelen ser íntimos e intransferibles.

El asiento contable referido como 2007 acaba. El 2007 ha muerto. Viva el 2007.