domingo, noviembre 13, 2005

Encantado de conocerla, señora

Ayer conocí a Isabel Coixet. "Por sus actos les conoceréis", decía Mateo, creo. Ayer vi en los Renoir (V.O) La vida secreta de las palabras, no había visto nada suyo. Daría para varios posts, voy a comprimir.

LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS
(The secret life of words)


cartel
Dirección y guión: Isabel Coixet.
País:
España.
Año: 2005.
Duración: 122 min.
Género: Drama.
Interpretación: Sarah Polley (Hanna), Tim Robbins (Josef), Javier Cámara (Simon), Sverre Anker Ousdal (Dimitri), Eddie Marsan (Víctor), Steven Mackintosch (Dr. Sulitzer), Eddie Marsan (Victor), Julie Christie (Inge), Daniel Mays (Martin), Dean Lennox Kelly (Liam), Danny Cunningham (Scott).
Producción: Esther García.
Producción ejecutiva: Agustín Almodóvar y Jaume Roures.
Fotografía: Jean Claude Larrieu.
Montaje: Irene Blecua.
Dirección artística: Pierre-François Limbosch.
Vestuario: Tatiana Hernández.
Estreno en España: 21 Octubre 2005.

SINOPSIS:

Un lugar aislado en medio del mar: una plata-forma petrolífera, donde sólo trabajan hombres, en la que ha ocurrido un accidente. Una mujer solitaria y misteriosa que intenta olvidar su pa-sado (Sarah Polley) es llevada a la plataforma para que cuide de un hombre (Tim Robbins) que se ha quedado cie-go temporalmente. Entre ellos va creciendo una extraña intimidad, un vínculo lleno de secretos, verdades, mentiras, humor y dolor, del que ninguno de los dos va a salir indemne y que cambiará sus vi-das para siempre. Una película sobre el peso del pasado. Sobre el silencio repentino que se produce antes de las tormentas. Sobre veinticinco millones de olas, un cocinero español (Javier Cámara) y una oca. Y sobre todas las cosas, sobre el poder del amor incluso en las más terribles circunstancias.


Un comienzo muy bueno. Con mano firme e ideas claras. ¿De verdad es cine español? No me lo acabo de creer. Con mano firme también, cambiamos de escenario y ya estamos en la plataforma. ¡¡El guión es de Isabel Coixet!! Pues olé. Hasta ahora alguien se puede haber acordado de "Dancer in the Dark", del cine de Loach... toda la película es una encrucijada de posibles referencias, difusas o no, casuales o causales. A lo mejor eso es mérito de la película: sabemos que un alto porcentaje del arte está en el espectador.

La presentación del personaje de Hannah es fría, aséptica. Von Trier debería tomar nota de la sensación conseguida. Bjork en su película provocaba una suerte de rechazo injustificado que hacía imposible la empatía del espectador que se consigue en LVSDLP, sin embargo.

Enseguida cae uno en la cuenta de que no va a ser el hiperrealismo el ardid con el que se va a atraer la complicidad del espectador. Los colores y el montaje así lo sugieren. La lévemente subjetiva cámara parece reducirse a un ejercicio de estilo. En esta introducción, además de conocer al personaje principal, nos han lanzado el primer señuelo: Hannah es un personaje con problemas y pasado. En muy poco tiempo lo habremos olvidado.

En la plataforma de extracción se desarrolla la línea base de la película. Un trabajador impedido físicamente por una explosión de manera temporal. Una enfermera impedida emocionalmente de manera definitiva. La mastodóntica estructura se nos presenta como una alegoría de las emociones, del aislamiento: no es especialmente sutil, los personajes se confiesan aislados voluntaria o involuntariamente. Al servicio de la historia de la pareja protagonista, nos irán desvelando lo que serán hilos secundarios y no menos grandilocuentes. Llegados a este punto no puedo sino manifestar el asombro que me produce que el guión llegue a buen puerto. ¡Parece casi imposible! ¿Cómo dotar a cada elemento de su necesario portagonismo? ¿Cómo dosificar las historias? Doy fe: se ha conseguido.

Aquí vienen los problemas perfectamente soslayables de la película. La verosimilitud de las motivaciones de la protagonista, por ejemplo. O mejor dicho, el modo en el que se produce la transición desde la primera parte a ésta. Como siempre, están al servicio de la historia y se pueden asumir perfectamente.

En esta parte se nos administran varios señuelos sobre el personaje de Tim Robbins. Con pequeñas pistas vamos sospechando cuál va a ser la historia principal. Nada más lejos de la realidad. Nos tragamos el anzuelo y de allí surge la que será la principal historia que conoceremos en el clímax. Hacía tiempo que no me sentía tan perfectamente manejado por un director (o directora).

El desenlace es lo más personal del director. Nunca hepuesto a parir "La lista de Schindler" por el final ni lo voy a hacer con esta película. Creo que no merece la pena cebarse con esta parte porque en todas las películas se da la extraña convergencia/confilcto de intereses: comerciales de la productora y personales del director como "autor".

LO PEOR (Sí, hoy cambio de orden)
  1. - Las escenas enfermera/paciente: Algo que resolvió de manera tan magistral Almodóvar en Hable con Ella, no debe ser fácil. Permítanme que me de el gusto de divagar: no creo que se deba a un problema de diseño. El más que probable riesgo de que el espectador se aburriera en estas escenas ha sido resuelto de manera discutible en el montaje. Coixet ha decidido cortar y pegar, resolver a tijeretazo las escenas y dotarlas de un montaje esquizofrénico (ligeramente, soy un exagerado). Demasiados primeros planos, contraplanos y picados que un director-genio hubiera resuelto de otra manera. Hay ejemplos de cómo los mejores directores han hecho de la planificación de estas escenas obras de arte en el cine. Renunciamos a la dialéctica de la imagen y a cambio tenemos símbolos, citas literarias y diálogos en su lugar.
  2. - La crudeza: El clímax es realmente desagradable. Es el leit motiv de la película, eso es cierto. Hubiera funcionado mucho mejor si se hubiese adoptado un tono más sugerente, dejando que la retorcida mente del espectador trabajara. Cada uno hubiera imaginado lo más horrible según su capacidad de aguante. Precisamente eso sí está conseguido con el elemento esotérico que Coixet ha escogido para dotar de estructura circular a su película y que ciertamente dará mucho que hablar para quien vea la película. Lo mismo pasa con el personaje de Julie Christie y el inverosímil fragmento del final, algo traído por los pelos, y que sugiere quizás algo de "una última pincelada por aquí, que me ha quedado no se cómo".
  3. - Lo ridículo: La historia de los mejillones y el freaky.
LO MEJOR

En una película que está realmente bien voy a destacar lo menos evidente:
  1. - El principio de la última escena en la habitación del enfermo. Luz indirecta y cálida. Sarah Polley sugerente y sin sostén. Al más puro estilo Hitchcock la Coixet se mete al espectador en el bolsillo y baja su guardia con ese ardid para provocarle el espanto posterior. Chapeau.
  2. - Los colores: Tengo un amigo cuya opinión me encanta conocer. Clasifica las películas por colores. Tengo ganas de que me dé el color de ésta. Impresionantes.
  3. - Interpretaciones, fotografía, etc... se salen.
  4. - Banda sonora: Tom Waits, Antony and the Johnsons, David Byrne... son sólo algunos ejemplos. Se puede convertir en la primera B.S.O. que me compro.
  5. - Hubiera cabido la posibilidad de que, al estilo Fernando León, Coixet hubiera intentado pontificar, juzgar y resolver todas las subtramas. Nada de eso. Las presenta, están al servicio de la historia y hablan por sí solas.
Muy recomendable y un paso adelante en el cine español. Encantado de conocerla, señora Coixet.

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