jueves, septiembre 01, 2005

Sin City

Noche, multicines, muy poca gente. No me acostumbro. Lo de los trailers va a acabar conmigo. Y de pequeño me gustaban...

Sin City, Robert Rodriguez adapta un comic de Miller con la ayuda del mismo y con Tarantino. Imagino a estos dos últimos inmovilizándolo con una llave de judo al alimón para que no incluyera a alguien saltando de medio lado con una recortada y conteniéndole con cosas así. Quizá estoy siendo injusto con Rodríguez (No Zapatero, Robert) y el pobre hace lo que puede para ganarse el pan.


Me han comentado varios amigos que están encantados por la fidelidad de la película al cómic, que ha reflejado perfectamente el espíritu, la historia, los personajes, etc... Mi único contacto con el mundo del cómic se reduce a los Superhumor y los especiales (especialmente) de Mortaledo y Filemón. Mi perspectiva será únicamente cinematográfica.

Lo primero que se ve, nada más empezar, es que la película vale mucha pasta. Pero mucha. Comienza con una secuencia bien templada que pone al espectador sobre aviso: está viendo una película basada en una historia gráfica. Parece mentira, pero a partir de esa escena el espectador ya sabe "cómo" tiene que ver la película. Narrativamente, es una escena con una importancia insignificante. De esas pinceladas puntillosas que da el artista alejándose del cuadro, cuando lo ha terminado, y que ni el mismo apreciará. Se justifica únicamente porque al final se utilizará una secuencia simétrica para dotar a la película de una "estructura circular", de esas cosas que hacen que se corra gente como Medem. No sienta haber leído esto si no ha visto todavía la película. La manipulación cinematofráfica hará que haya olvidado esto a los pocos segundos de empezar la película.

Novela, cine, cómic, publicidad, video clip... feedback. Quizá para nuestros abuelos no, pero para nosotros ya es muy difícil analizar objetivamente el resultado de ese sincretismo en el cine. Hemos crecido con ello. A continuación veremos 3 capítulos que se entrecruzan, enlazan y fragmentan con mesura; por lo menos estamos acostumbrados y no cuesta esfuerzo. Amalgama de géneros: policíaco, carcelario, absurdo, terror, psicoanálisis. Quizá pueda parecer a los ajenos que es una chapuza mezclada en una cocktelera pero el resultado, lejos de eso, es algo medianamente entretenido y que resulta ameno pese a los 126 minutos de metraje.

¿Hay algún fan de Robert Rodríguez? Que no me cuelgue todavía. Hay tiros, saltos y enjambres de armas. Hay sitio para todos. Y esto hace que me pique la curiosidad. ¿Cómo se ha gestado? Es imposible considerar esta película como cine de autor. Alguien me dirá que tampoco las de Spielberg lo son. Bueno, considerando el poder de Spielberg en Hollywood y la infraestructura humana de la que dispone, además de su talento, me atrevo a decir que Spielberg es el gran autor-productor-realizador, pero Robert Rodríguez no me lo parece.

Para empezar, porque la historia no es original. Es de Miller, por lo que me han dicho, y es bastante fiel. Por lo menos lo fiel que pueden ser unos centenares de metros de celuloide a viñetas. Ignoro por completo (los créditos no me dicen nada) quién ha firmado el guión, quién ha firmado el guión técnico, y quiénes han sido (supongo que acreditados y rodados equipos de estudio) los que junto a ellos han diseñado cada una de las escenas. No acabo de ver a Rodríguez o a Miller descartando ideas y bocetos de los dibujantes de escenofrafía y dirección artística. Todo este rollo para decir que me parece un diseño de producción impecable y un resultado muy sólido.

Hay quien se ha emocionado hasta el punto de decir que marcará época, o que hay un antes y un después de esta película. Según entiendo yo, hay un antes (entre otras Dick Tracy, La lista de Schindler, publicidad, video clip, cortos...) y seguramente habrá un después, de duración condicionada al éxito de las más que seguras secuelas/tributos. Han pasado menos de dos días y ya me cuesta recordar bastante.

Es inevitable hablar de la voz-en-off. Ningún amante del cine negro podrá renegar de la misma o evaluar una película basándose en el hecho de que tenga o no voz-en-off. Pero si que hay máximas más que demostradas. Una de ellas podría ser "No digas con palabras lo mismo que estés contando con imágenes", es decir, no sienta bien esa redundancia en el cine (No es mía, jejeje, de un chaval ruso con mucha frente). Y otra "No vas a conseguir la empatía del público sólamente con la voz en off", o sea, el principal contacto con la película es visual, y es el canal infalible de identificación con el personaje. Las motivaciones de cada personaje nos las creemos, que no las sentimos. Claro que tiene que ser así, viniendo del cómic. Por eso en las historietas son personajes arquetípicos y cuya silueta cuenta toda una historia.

Lo mismo pasa en la película, pero... la voz-en-off llega a cansar. Digamos que es llevadera, aún así. Pero la película es flor de un día. No tiene trascendencia suficiente. Pueden quedar ecos en la retina de imagenes impactantes, directas y autodescriptivas pero acaba pasando lo que tiene que pasar. Nada perdura. La historia, allí se queda. Lo que funciona en la publicidad no tiene por qué funcionar el cine. Más que nada porque no vamos a ver la película 10 veces al día y porque, aunque nos llame la atención, enseguida será descartada por nuestros apaleados hemisferios cerebrales, ocupados todo el día en huir de la televisión. Por eso voy a pasar completamente de hablar de dirección artística, maquillaje, escenografía, vestuario, interpretación... (jamás hablaría de Al Pacino en Dick Tracy). Es una película entretenida.

Insisto en que no la considero una película de autor ni tampoco un manido cut&paste. (Tengo una sonora bofetada pendiente, seguida de una sesión del DVD de Jackie Brown para algún conocido que ha acusado de c&p a Tarantino.) Es entretenida, cine de consumo, que no está mal de vez en cuando.

Pistas para los indecisos:
  • me gusta más que Matrix (jajaja, quien me conozca sabrá que digo muy poco) pero antes de una semana casi la habré olvidado.
  • es el mayor festival de panderos y mujeres cañón que recuerdo haber visto en el cine. Pido perdón a la liga de mujeres en plan "La Diligencia" y a las feministas obtusas si se sienten ofendidas por este comentario. Pueden dejar sus sugerencias aquí: Basta de comentarios soeces, acabemos con ellos, que es una página con denuncias al respecto.

Digresión:

Había 5 senoritas en la fila de delante. Las cinco cogieron a los 10 minutos y se largarón, tras no recuerdo qué secuencia desagradable. Me gustaría desde aquí, hacer un llamamiento a las 5 señoritas (espectro 20-60 años) y conminarlas a salir del búnker en el que viven de vez en cuando. No hace falta leer una crítica ni ver trailers (yo no lo hago) pero les aseguro que por el título, clasificación, fotos fijas de la entrada, cartel, etc... se pueden hacer a la idea de que no van a ver "Donde reside el amor". ¿De verdad no se lo esperaban?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bastante alineado con la crítica que haces, aunque a mí me gustó bastante más, quizás por motivos puramente subjetivos y de bagaje con respecto al comic. Durante la proyección sospeché que a casi todo aquel que no conozca la obra de Miller la película le dejaría bastante frío/a, pero yo la disfruté y mucho. Sólo un pero al texto... La escena inicial no es tan prescindible como puede parecer, al menos desde un punto de vista metafílmico: esa escena la rodó Rodríguez antes de tener la película asegurada y se la mostró a Miller para conseguir su bendición, y a la postre, su implicación en el proyecto.

Augie March dijo...

Hey! Un boceto! No tenía ni idea. Gracias por la aportación, Tropicuba.